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Arquitectos: Estudio Valdés +
- Área: 217 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Cristóbal Valdés
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Proveedores: Acero-Vitra
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El desafío de la propuesta fue articular todo el programa requerido de una oficina a través de un funcionamiento simple, ampliando la sensación espacial del interior a través de las vistas a la ciudad. El programa de la oficina, incluye recintos privados: oficinas, recintos comunes abiertos: terrazas y salas de reuniones y recintos comunes cerrados: bodegas, y baños. La distribución del programa se hizo a través de un concepto base, se ubicaron todos los recintos cerrados en un núcleo central dejando en su perímetro todos los recintos privados, las oficinas, y en sus extremos, remata con los recintos comunes abiertos, las salas de reuniones y la terraza.
La forma que tomó este concepto de distribución del programa fue la de un núcleo central opaco, rodeado de oficinas trasparentes, que permiten la visibilidad a la ciudad a través de ellas. El núcleo central opaco, es un volumen rectangular de esquinas redondeadas, revestido con un palillaje de madera que acentúa la expresión de su curvatura, insinuando lo que viene, difuminando los límites propone una continuidad. En su largo tienen ciertas interrupciones que dan lugar a la recepción, el acceso a los baños, a las bodegas y a las cabinas, asientos en tren que sirven de estación de trabajo para las visitas. Los recintos perimetrales, las oficinas, son vidriadas, pero controlan su exposición con una celosía de madera, de una escuadría superior a la del núcleo central, pero jugando con el mismo lenguaje, permiten la trasparencia a la ciudad, a la vez que resguardan la privacidad de los usuarios. La separación entre oficinas se hace a través de sus muros- muebles, un sistema de mobiliario fijo, ligado a la arquitectura. Los recintos de remate, la terraza y las salas de reuniones, se escapan de la regularidad del resto de los recintos, centrales, una de las salas de reuniones tiene una doble altura, la otra esta confinada por una cortina, también curva, que le permite un uso libre, integrar o aislar el espacio.
La materialidad se inclina por elementos naturales, con un piso de piedra y muros y cielos de madera, de distintos tipos y texturas que dan calidez a un espacio que busca ser formal y acogedor a la vez. El mobiliario “suelto”, que no esté amarrado a la arquitectura, de distribución flexible, otorga una estética moderna, atemporal y cómoda, a través de elementos clásicos de diseño, como lo son las sillas, sitiales, lámparas y mesas de apoyo. La iluminación refuerza todos los conceptos anteriormente nombrados, con canterías superiores que esconden los equipos, sigue las siluetas curvas del núcleo central, resalta la textura del palillaje y la secuencia de las celosías de madera. El paisajismo, acentúa la trasparencia, a través de una continuidad verde desde el interior hasta la terraza exterior, con una serie de maceteros.